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Javier es uno de los pocos árbitros de esa disciplina, en nuestra provincia.

Es un amante del canotaje. Hace algunos años, se involucró para acompañar a su hijo y hoy no solo rema en el equipo de palistas de nuestro club, además recientemente obtuvo el título de árbitro de canotaje.

 

Conversamos con Javier para conocer las particularidades de el arbitraje de esta disciplina. Además, conocimos de su gran pasión por el remo y los motivos que lo llevaron a involucrarse tanto en el canotaje, que terminó siendo juez y parte. 

¿Cómo fue que decidiste incursionar en el arbitraje?

Principalmente por una cuestión personal. Yo remo en el grupo de mayores del Club, pero me sumé a la disciplina para colaborar con el Club y acompañar a mi hijo Santino de 13  años, que practica kayak. Ya metido en el deporte, durante la pandemia averigüé sobre el tema del arbitraje, me anoté y tomé las primeras clases online. Después estudié el reglamento, hice las prácticas y rendí.

¿Y cómo fue el examen?

El examen lo exige la Federación Argentina de Canoas y hay dos especialidades: velocidad y maratón. El de maratón era el que más me interesaba porque es la modalidad que más se practica en la mayoría de los clubes de Neuquén. Se rinde cuando hay fechas de algún argentino o selectivo nacional y al finaliza el torneo, se toma el examen. Tuve que esperar a los torneos nacionales. El año pasado rendí el de velocidad y este año, el de maratón. y ya me entregaron los certificados.

 

¿A qué te habilita tener ese título?

La Federación fiscaliza todos los torneos selectivos nacionales y aporta árbitros a torneos sudamericanos, mundiales y olimpiadas. Van delegados de cada país que lleva palistas. En un primer momento, la Federación tenía la iniciativa de que cada club o institución que compita lleve su árbitro, por una cuestión de logística y cantidad de árbitros. Para una competencia nacional se necesitan entre 10 y 15 árbitros y muchas veces es difícil reunirlos así que se optó por esa modalidad. Y hay varios puestos de ubicación donde uno puede cumplir distintas funciones.

¿En qué consiste el arbitraje de canotaje?

En cada punto tiene que haber un árbitro y para cada especialidad. Siendo árbitro podés ocupar cualquiera de esos lugares. Hay árbitros de largada, porque hay una forma homologada a nivel internacional de hacerlo; hay árbitros de llegada, de cronometraje, están los que controlan el recorrido en la pista y un árbitro en jefe, que dirige a todo el plantel.

 

En velocidad, por ejemplo, hay juez de bollas que controla los giros, un árbitro de embarque que certifica condiciones de vestimenta, inscripción y lo que el reglamento exige, etc. También está el árbitro de pesaje que, de acuerdo a cada competencia, fiscaliza los pesajes de las tres primeras embarcaciones.

Y el de maratón tiene la particularidad de que hay jueces de acarreo, porque en un lugar del recorrido tenés que bajarte del bote, correr con el mismo y volver a tirarte en otro lado. Ahí, donde está el aprovisionamiento y apoyo al palista, suele haber dos o tres árbitros que controlan que no se invada, por dónde circulan, fiscalizan la baja, si hay caídas, los giros en las boyas, las distancias, etc. 

¿Qué es lo que más te gusta de la tardea de arbitrar?

Lo hago porque me gusta, lo disfruto. No lo hago por una retribución económica porque si bien algunas actividades son pagas, no cubren los gastos reales. Es por amor al deporte, poder pasar un buen momento con colegas; o con los palista, disfrutando de poder estar ahí al lado de deportistas de primera línea que uno ve por televisión en un maratón o sudamericano y de pronto los tenés ahí y podés charlar con ellos, compartir vivencias, algo que para uno que practica el deporte es muy lindo.

 

¿Tuviste la oportunidad de dirigir alguna competencia ya?

Si, estuve arbitrando prácticas de un selectivo nacional que se hizo en Beltrán, donde rendí el curso de maratón, sobre el Río Negro. También estuve en otro nacional de velocidad en General Villegas (Buenos Aires) y participé en las fechas de la Federación de Canoas de Río Negro.

Estuve también en algo interesante que acá todavía no está y que son los botes dragón. Es una modalidad que nació para mujeres con cáncer de mama y ciertas patologías pero ahora se ha expandido y hay un nivel de competición importante. La primera fecha se hizo en Puerto Madero, CABA, y estuve de juez. Fue muy interesante porque, además de que lleva todo un ritual de la cultural china, tiene un reglamento aparte.  

 

Condiciones inigualables

Neuquén es una ciudad con afluencia de dos ríos importantes. Hay muy pocos lugares del país que reúnan estas características. ¿Cómo ves las condiciones que tenemos acá para desarrollar disciplinas sobre el agua con respecto a otros lugares?

Las condiciones de estas aguas son ideales para la especialidad maratón y, a mí entender, somos privilegiados en cuanto a la práctica de esta especialidad. Y eso hace que acá haya mucha experiencia en kayak, los mismos profesores e instructores vienen de haber practicado kayak de maratón toda la vida, son años de práctica y gente que ha estado en el top de la disciplina. Es más, las condiciones que tenemos hacen que podamos entrenar todo el año.

¿Qué condiciones ves en los palistas neuquinos?

Con solo salir a remar y poder ver a Franco Balboa y su hermano, a Juan Labrín o Pascual Orellana, o a nuestro profe Aníbal Fernández, que han logrado sobresalir en muchas competencias, panamericanos, etc, y hacen del canotaje una actividad deportiva de Neuquén, es deslumbrante. Siento admiración por ellos. Veo amor al deporte, por el trabajo, y dedicación ante todo. Y veo a mi hijo Santino, que desde los 9 años anda en un K1 por todos lados,  veo los frutos de todo esto. 

 

Nuestro Club

¿Cómo llegaste al canotaje?

Iba a un colegio secundario en Buenos Aires, en la cuna del kayak, en San Fernando (Tigre). Y en la secundaria, cuando hacían intercolegiales de canotaje, yo hacía más remo que kayak. Además, de mi colegio salías como Técnico Naval, estábamos rodeados de astilleros. Y cuando llegué acá y vi a esta gente, la movida que hay, tener el río al alcance de la mano, hizo que vuela a renacer en mi toda esa cuestión.

¿Y al Club Biguá?

Vivimos algunos años Río Gallegos donde el clima no ayudaba, todo el año hacían 10 grados bajo cero y viento de 80 kilómetros por hora. Un día nos invitaron a un cumpleaños y conocí El Biguá, era agosto. Al lado del río, los botes ahí, todo este ambiente, me deslumbró. Y cuando mi hijo empezó con el kayak, yo me sumé. Después armamos un grupo de gente grande y nos fuimos involucrando cada vez más con este deporte. A principio de este año corrimos las 32 millas y sacamos el tercer puesto en categoría turista representando a El Biguá. Fue una gran experiencia.

 

Así concluye la charla Javier Vallejo, el árbitro de canotaje que hoy tiene nuestro club, no sin antes remarcar que seguirá trabajando para que esta actividad casi fundadora del Club, siga creciendo y sumando amantes del remo.

 

Si te querés sumar a esta esta actividad, podés acercarte al club durante todo el año o contactar a los profes a través ingresando aquí.

 

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