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20 mayo, 2025
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Nahuel, nuestro deportista de selección que nos llena de orgullo

 

Es jugador de la primera de básquet de nuestro club y recientemente fue convocado por la Confederación Argentina de Básquetbol (CAB) para integrar la Selección Argentina 3×3.

 

Nahuel tiene 22 años, es neuquino, y su historia con el básquet comenzó desde muy chico. A los 8 años empezó a entrenar en esta disciplina en el CEF N.º 1. Pero su destino cambió una tarde cualquiera, cuando su mamá decidió pasar por El Biguá “de camino a casa” para que su hermano vea los trofeos del club.

Esa simple curiosidad lo llevó a presenciar un entrenamiento con nuestro querido profe “Pichu” Boscardín y, como suele pasar cuando algo está destinado, una sola práctica bastó para que Nahuel eligiera a El Biguá como su casa deportiva.

“Entramos al club y nos dijeron que estaban entrenando, que si queríamos ver el entrenamiento. Entré a la cancha y me encuentro al Pichu, que me reconoció de la colonia, y me preguntó si quería entrenar. Y me copó, me gustó el grupo, la forma de enseñar del Pichu, y ahí me cambié y le di para adelante en El Biguá. Desde los 11 años que estoy acá, y lo siento como mi familia.”

Desde entonces, “Nahue” no dejó de crecer, entrenar y soñar con la camiseta de nuestro club.

Nahuel espera en el banco el llamado del coach. Hace años que es parte de la primera de básquet de El Biguá.

DE SELECCIÓN

Nahuel integra el equipo de Primera masculina de básquet de El Biguá, que compite en torneos federales. Y recientemente dio un paso enorme en su carrera: ser parte del seleccionado argentino. Fue convocado por la CAB para integrar la Selección Argentina 3×3 U23 en la FIBA 3×3 Youth Nations League 2025, disputada del 21 al 27 de julio en Punta Arenas, Chile.

La convocatoria llegó a través del DT de El Biguá, Mauricio “Boti” Santángelo, quien recomendó a Nahuel junto con otros dos jugadores patagónicos. Así fue como lo llamaron para entrenar con la preselección en La Pampa.

Emocionado, cuenta que la convocatoria lo puso feliz no solo a él, sino también a su familia, amigos y compañeros de equipo: La verdad que nunca pensé que esto iba a pasar, entrenar con la preselección, porque yo nunca quedé en la Selección Neuquina. Pasé toda mi etapa formativa sin convocatorias, y de repente estar en la Pre-Selección Argentina… No caigo todavía, y la verdad que estoy muy feliz.”

Finalmente, la convocatoria para jugar con la celeste y blanca, llegó.

 

DARLO TODO

Luego de tres días de entrenamiento con la preselección, había que esperar. “Volví de La Pampa el lunes, y el miércoles me mandan un mensaje preguntándome qué número de camiseta usaba. Después pasaron los días y me piden que mande foto del pasaporte, que me haga un usuario de la FIBA 3×3. Pero yo seguía sin saber si quedaba para jugar. Y un domingo al mediodía le mando un mensaje al Boti y le comento todo lo que me habían dicho. Y él me dice: ‘Estate preparado, porque seguro vas a quedar’”.

Así fue. El llamado oficial sucedió y Nahuel fue seleccionado para viajar a Chile a disputar esta competencia. “¿Cómo recibí la noticia? Entre los gritos de mi vieja y el abrazo de mi viejo. Le conté a mamá y enseguida se lo contó a toda la familia. Mis amigos se enteraron, estaban felices por mí. Y yo feliz, porque es un orgullo enorme”.

Mauricio “Boti” Santángelo es el entrenador en Jefe de Básquet de nuestro club, un referente de esta disciplina a nivel internacional.

 

El equipo albiceleste llegó a Punta Arenas el domingo. Nahuel conoció la cancha, repasó jugadas, y esa misma tarde debutó contra Estados Unidos. Luego disputó el tercer y cuarto puesto frente a Chile. Y, aunque el equipo argentino no logró avanzar en la tabla, la experiencia fue de primera.

 

“Fue duro. Ahí es muy difícil y hay que trabajar mucho la frustración. Perdiste o ganaste, no importa: a los cinco minutos ya tenés que estar con otra cabeza. No podés quedarte con lo que pasó. Y eso te enseña un montón, porque en la cancha no podés regalar ni un minuto. A ese nivel, todo cuenta: el estado físico, la cabeza, el tiempo, la agilidad. Por eso fue una experiencia buenísima.”

 

En Chile, Nahuel aprendió en tiempo récord cómo se juega al más alto nivel: intensidad física, velocidad mental y mucha resiliencia para no quedarse en la frustración de una derrota. Volvió más grande que nunca.

Nahuel desea que su carrera deportiva llegue lo más lejos posible: jugar alguna vez en la Liga Nacional o irse a España a sumar experiencia.

POR QUÉ BASQUET?

Nahuel probó muchos deportes: natación, fútbol, tenis… pero lo que realmente despertó su pasión fue “la naranja”. “Me gusta la dinámica que tiene el juego”, explica, y cuenta que de chiquito, lloviera o tronara, él quería ir a entrenar.

Hoy juega de 4 en nuestro club, asegura que “la está tirando más”, y que le está dedicando mucha atención a la preparación física. “Creo que mi fuerte también es el hablar. Levanto mucho al equipo, los aliento, y cuando alguno está mal, trato de estar ahí”, recalcula sobre su aporte al equipo bigualero.

Y, sobre su futuro, desea que su carrera deportiva llegue lo más lejos posible: jugar alguna vez en la Liga Nacional o irse a España a sumar experiencia. “Vivir de esto me encantaría porque es algo que me gusta y me apasiona”, y cuenta que también está estudiando kinesiología, una carrera que puede vincular con el deporte.

Nahuel probó muchos deportes pero lo que realmente despertó su pasión fue el básquet.

DE CORAZÓN

Pero detrás del deportista también hay una historia de esfuerzo y amor familiar. Nahuel no se olvida de quienes lo acompañaron desde el principio: “Lo que más me motiva siempre es mi familia. Mis viejos, Heber y Fabiola, mi hermano Benjamín, ellos son mi base. Salían del trabajo y me traían al club, me esperaban. Por eso, hoy todo lo que hago es por ellos. Los admiro mucho y son mi gran motor.”

Nahuel también valora profundamente al equipo y al club que lo formó como jugador y como persona. Sabe que llevar la camiseta de El Biguá es una responsabilidad enorme y un orgullo compartido. “Se nota que el club creció muchísimo. Hay un gran equipo de profes y muchas ganas de competir en serio. Lo ves en el básquet, el vóley, el canotaje, el tenis. Está buenísimo que todos apuntemos alto”.

Antes de despedirse, cuenta que también disfruta venir al club con amigos o en familia. “La verdad que es un club gigante. Tenés el río, la pileta, cosas para hacer todo el tiempo, hasta para hacer un asado. De chiquito me la pasaba todo el día acá, por eso estar en el club es como estar en casa. Me hice muy amigo de todos y los quiero mucho a todos”.

 

“Mis viejos, Heber y Fabiola, mi hermano Benjamín, ellos son mi base. Hoy todo lo que hago es por ellos. Los admiro mucho y son mi gran motor”, asegura nuestro deportista.

 

Desde El Biguá celebramos con emoción este gran paso en la carrera de Nahuel. No solo por su convocatoria, sino por su compromiso, humildad, perseverancia y por representar los valores que El Biguá quiere sembrar en cada chico y chica que pisa nuestra cancha.

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