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Joaquín Fernández se destaca entre los deportistas de elite de nuestra provincia y del país.

  

 

Recientemente participó del Campeonato Argentino que se llevó a cabo en la ciudad de Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos donde ganó el título de Campeón Argentino de Canotaje en la categoría Junior. Y, a las pocas semanas de semejante logro, se ganó un lugar en el seleccionado nacional de canotaje para ir a competir al mundial de Croacia en la categoría K 1 Junior. 

Además de ser un orgullo de nuestro club, Joaco (como le dicen los amigos) es un gran ejemplo de superación y perseverancia. No fue fácil, pero con su excelente presente deportivo nos enseña que, con esfuerzo y dedicación, los logros llegan.

 

 

 

PERSEVERA Y TRIUNFARÁS 

Joaco, que hoy es parte del equipo de competición de canotaje de nuestro club y de la Selección Nacional, entrena desde pequeño en El Biguá. Empezó en la escuelita de Canotaje a los 6 años con el objetivo de subirse a un K1, “un bote difícil de dominar”, aclara. A los 8 años, ya lo dominaba. “Me acuerdo que estuve todo un verano cayéndome al agua, intentando, hasta que pude subirme al K1”, dice sobre sus inicios.

“Siempre me gustó estar en el río, siempre fui de estar en el club y desde muy chiquito que practico el canotaje. Ya a los 6 años me gustaba mucho gracias a mi papá, que es el entrenador del club El Biguá. El me trajo acá para probar lo que era subirme a un bote, a agarrar una pala y sentir la experiencia de estar sobre el agua en una embarcación y hoy le sigo dando las gracias”, cuenta.

 

 

 

Joaco asegura que antes de ser el deportista que es hoy, hubo mucho que aprender, principalmente de su padre, nuestro profe Aníbal Fernández (quien también fue Campeón Argentino de Máster K1 y hoy es un referente del canotaje a nivel nacional). Pero, a pesar de tener al profe en casa, el deporte no siempre fue una opción.

 

Aníbal Fernández fue instructor de canotaje en distintos clubes de la ribera neuquina, fue entrenador de dos selecciones juveniles tanto de chile como en argentina; nunca dejó de entrenarse y entrenar a los demás. Hoy es un referente nacional en este deporte y además, es el profe de canotaje de nuestro club.  

 

Cuando Joaco era niño tuvo que alejarse del canotaje y de toda actividad física luego de que le detectaran la enfermedad de Perthes, una afección que se da en niños y afecta la cadera. “Me tuvieron que operar porque mi cadera no tenía cabeza femoral, y eso no me permitía caminar bien”. 

Luego de un año de recuperación, pudo volver a entrenar y, de a poco, volver a subirse a la ola del deporte. “Volví al canotaje. Siempre el canotaje estuvo presente, y a los 10 años me puse a entrenar para competir”, recuerda el joven palista, con una sonrisa enorme de orgullo sabiendo que representará al país en el mundial de Canotaje.

 

 

 

SER CAMPEÓN   

Unos días antes de clasificar para Croacia, donde nuestro campeón representará al país en el mundial, había alcanzado el título más importante de su carrera deportiva, para el que venía trabajando hacía mucho tiempo: ser Campeón Argentino en su categoría.

“Largué la primera vuelta muy tranquilo. Íbamos en un pelotón de cinco botes de distintas provincias y sabía que ellos iban contra mí, así que largué tranquilo, pero bien posicionado. Dimos la primera vuelta y veía que ellos estaban incómodos conmigo, entonces aproveché la oportunidad del primer acarreo para bajarme y tratar de hacerlo lo mejor posible. Ahí pude lograr sacar ventaja” relata con entusiasmo, mientras repasa la proeza de ese día. Y continúa: “Iba con la mentalidad de que era ahora o nunca, que tenía que aprovechar esta oportunidad y no bajar los brazos hasta el final, pase lo que pase”.

Esta mentalidad aguerrida y perseverante también es parte de un entrenamiento previo en el que aprendió que siempre se puede mejorar, ir por más e incluso perder y aprender, lo cual deja de ser una derrota. “A cada competencia no voy confiado en que voy a ganar, sino que voy con la cabeza tranquila, confiando en todo lo que entrené. Puede salir mal o puede salir muy bien. Y en cada competencia uno sabe lo que hizo bien, o no; sabés cuáles son las cosas que hay para mejorar y, sobre todo, sabés lo que tenés que hacer”, afirma.  

Joaquín destaca que este triunfo no lo consiguió solo. Contó con el apoyo de su padre y de los profes de Canotaje de El Biguá, y con la motivación del entrenador de alto rendimiento de nuestro club, Agustín Montecino, quien prepara a cada atleta para superar todos los desafíos que se proponen. “Agradezco a Agustín también. El es el que está día a día con nosotros en el río, en la orilla, enseñándonos a remar, cómo es la técnica y también cumple otro rol además del de entrenador. Es como nuestro psicólogo, él nos mantiene firmes de cabeza, siempre confía en nosotros”, detalla.

 

 

 

SER ENORME

Joaco, además de ser un excelente palista, tiene la sencillez de los grandes, de esos deportistas que son enormes, pero que no se la cree ni un poco. Este joven talento entendió que la superación de los propios límites es el mayor triunfo que nos permite el deporte.

“Yo no me la creo y en cada carrera siempre trato de ir resolviendo de las cosas que me salen mal. Y aprendo mucho de mis compañeros y de eminencias como Franco y Dardo Balboa. Con ellos aprendí lo que es correr una carrera, tácticas y que no hay que darse por vencido”, afirma.

 

 

 

“Creo que lo principal para ganar una carrera es tener mucha disciplina en el entrenamiento. No faltar, cumplir con toda la planificación que dé el entrenador. Y, obviamente, siempre la cabeza en positivo. Yo creo que una persona que no piensa en ganar nunca va a lograr nada. Así que siempre la cabeza en positivo y la frente en alto”, sentencia.

Con esta templanza y determinación, nuestro campeón que representará al país en el mundial de Canotaje, antes de despedirse, repara en nuestro club, su casa: “El Club es como mi segunda casa. Estoy todo el tiempo acá y siempre estuve muy cómodo. Nunca me faltó nada y siempre me trataron muy bien. Es el club de toda mi vida”, concluye con el entusiasmo de saber que eso recién comienza.  

 

 

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