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A los 18 años se sumó al staff de la Escuela de Tenis de El Biguá. Hoy, 9 años después,  tomó un  nuevo rumbo para seguir enseñando   

  

Luca Márquez, uno de los profes de la Escuela de Tenis de nuestro club, recientemente se estableció en la ciudad Acuña, al norte de México, cerca de la frontera con Estados Unidos, para dar clases en Los Álamos Country Club de esa ciudad.

Llegó hace un poco más de un mes allí donde, según cuenta, los alumnos tienen un excelente nivel. “El club queda a 10 minuto de la frontera con EEUU. Al ser una ciudad fronteriza, los chicos estudian en EEUU y compiten con las escuelas a nivel estatal y nacional, entonces entrenan tenis en la escuela y tienen una muy buena base de tenis”, explica.

Desde allá, cuenta que hace tiempo revoloteaba en su mente la idea de irse a dar clases al exterior “para conocer cómo se trabaja en otros destinos, cómo es el mundo del tenis en otras partes del mundo” y destaca su formación como profe en nuestro club. Asegura que mucho de lo que hoy puede enseñar es gracias lo que aprendió junto al gran equipo de la Escuela de Tenis de El Biguá.

 

 

 

NUEVO DESTINO, ENSEÑAR

“Aunque sea a probar”, se repetía Luca, mientras armaba la valija, porque cruzar la frontera ya era una decisión tomada.

La idea: enseñar en otras latitudes, aprender de otros destinos y la aventura de involucrarse con otra cultura. Así, estas ganas de ir por el mundo fueron marcando un camino hasta que se alinearon los planetas y salió un destino: “Un chico que tomaba clases de tenis en El Biguá, Nicolás Forti, dio clases en México durante muchos años. Cuando se enteró que yo me quería ir a España, me sugirió el contacto de una persona que tiene un club en México y me recomendó”, recuerda.

 

“El tenis te enseña a ser perseverante, a mantener la calma cuando es necesario. Es un deporte que te enseña mucho como persona”.

 

“Venir acá está muy bueno, es un país muy lindo y está muy bueno también para crecer dentro del mundo del tenis”, asegura; y destaca que, aunque a lo largo de su vida hizo todo tipo de deportes, “el tenis tiene un plus que es la parte humana. Enseñar a los chicos a sobrellevar los partidos es hermoso porque tienen que aprender a manejar las frustraciones, a sacar un partido adelante cuando por ahí las cosas no salen como uno quiere. El tenis te enseña a ser perseverante, a mantener la calma cuando es necesario. Es un deporte que te enseña mucho como persona”.

 

Luca dando clases en Los Álamos Country Club de México.

 

PROFE-SER 

Luca no viene de familia de tenistas ni nada por el estilo, sino que descubrió el deporte al igual que chicos que buscan hacer algo de actividad física. Cuenta que comenzó a jugar al tenis cuando tenía 9 años como consecuencia de un encuentro fortuito de su padre con un amigo de su infancia en Buenos Aires, que era profe de tenis.

Así empezó, jugó por años, hizo también otros deportes, hasta que a los 18 años se sumó al staff de la Escuela de Tenis de El Biguá, convocado por nuestro profe Juan Silvera. “Empecé a dar clases como ayudante en el Club Alemán. De los 15 a los 18 años estuve como ayudante y el verano de 2015 me reencontré con Juan (Silvera) que me conocía de chico y me sumé”, detalla Luca.

Hoy, tras 9 años de ser profe, reflexiona: “En ese entonces, había hecho el curso de entrenador, pero realmente no sabía dar clases así que mucho de lo que hoy se de cómo enseñar, lo aprendí de la mano de mis compañeros del staff de El Biguá”.

Dice que aprendió a dar clases a los más chiquitos viendo a la profe Rocío. Que Juan y Charly, le mostraron cómo trabajar con los adultos y, entre todos, podían también acompañar a los grupos más avanzados. “Mi mayor formación como docente fue con ellos. Somos un grupo muy unido, somos todos muy amigos y ellos me enseñaron tanto a dar clases como a trabajar en equipo”, destaca.

 

 

Talento de exportación

Nuestro club no solo forma deportistas. También es un gran semillero de profes que se forman con los valores del compañerismo, el respeto y el trabajo en equipo. Como Luca, que hoy es parte del staff de Los Álamos Country Club en la otra punta del continente y no solo se llevó con él su gran actitud y la pasión por lo que hace, también el cariño por nuestro club.

 

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